SER SOBRIOS, VELAR EN ORACIÓN Y AMARNOS LOS UNOS A LOS OTROS.
- Oscar Mejía
- 24 may 2017
- 3 Min. de lectura
SER SOBRIOS, VELAR EN ORACIÓN Y ÁMENSE LOS UNOS A LOS OTROS (1 Pedro 4)
“Por tanto como Cristo ha padecido por nosotros en la carne, armaos del mismo pensamiento, pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado”
Padecer en la carne, un llamado que aunque parezca extraño y difícil, es el estilo de vida que estamos llamados a vivir. Este cuerpo carnal se inclina ante las cosas de este mundo, ante los deseos del pecado, las concupiscencias, el engaño y todo lo que tenga que ver con el mundo, sin embargo; nuestro espíritu es renovado en el momento en que empezamos a caminar con Jesús y es ahí donde empieza nuestra jornada de hacer morir los deseos de la carne; es doloroso, porque este cuerpo como ya dije se inclina ante el pecado, pero a medida de que empezamos a llenar nuestra mente con las cosas de Cristo, nuestros ojos son claros, nuestro espíritu es brillante, nuestro cuerpo esta lleno de luz, nuestro corazón esta vivo y sensible a Dios, y el río de intercambio cariñoso con Jesus fluye libremente.
Ser sobrios, velar en oración y ámense los unos a los otros. En medio de los tiempos difíciles, donde vemos como la maldad ha aumentado a niveles superiores, donde el pecado está a disposición de todos en cualquier momento y lugar, donde ahora es mucho más fácil pecar sin que nadie se de cuenta; es momento de ser sobrios, es momento de velar en oración y de amarnos.
Ser sobrios implica estar totalmente atento en todas las áreas de mi vida ante el pecado, ante las circunstancias, entendido en los tiempos, firme en mis decisiones por ser santo, anclado en la verdad de quien es Jesús y de el estilo de vida que me ha llamado a vivir.
Velar en oración es tener una vida de oración, donde dedique tiempos de mi día a estar en la presencia de Jesús sin dejar que las distracciones afecten. Es esto lo que me da la fuerza y el poder, que no viene de mi sino de Jesús, para poder permanecer firme ante las tentaciones de este mundo, para tener un oído sensible para escuchar la voz de Dios y para hablar con denuedo la palabra De Dios. Si no estoy velando en oración, entonces no podré ser Sobrio.
Amarnos los unos a los otros, aunque es difícil, es el llamado que Jesús hizo y que también vemos en los demás autores de la biblia. Hay muchas implicaciones en esto, primero estamos llamados a amar no sólo a nuestros amigos, sino a nuestros enemigos también. El amarnos los unos a los otros sin ofensa en nuestros corazones, traerá libertad y poder en medio de nuestras reuniones de oración. El amar y demostrar ese amor, traerá testimonio en medio de nuestras familias y amigos que aun no han conocido al Señor. Amarnos trae unidad. Esto es evidente en la biblia, vemos como hombres que practicaron esto en medio de sus reuniones descendía el Espíritu Santo, cuando predicaban se convertían las almas, vivían libres de ofensa y rencor y podían compartir sus cosas unos con otros. Amar los demás con todo lo que implica esto, es una faceta del carácter de Cristo.
A medida de que vivamos este estilo de vida, quizá tengamos que sufrir por causa de Cristo, pero mejor es el que sufre haciendo el bien porque es bienaventurado, que el que sufre por consecuencia de su impiedad.
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