ES TIEMPO DE RECONSTRUIR EL TEMPLO

ES TIEMPO DE RECONSTRUIR EL TEMPLO (HAGEO 1)

Hageo fue un profeta durante el imperio Medo-Persa. Luego de que Israel (tribus de Judá-Benjamín) viviera cautivo bajo el imperio Babilonio, pasaría a estar ahora bajo este imperio durante el cual Hageo profetiza. Hay un contexto histórico importante que debemos estudiar con mayor profundidad, al igual que el cumplimiento de algunas de estas profecías tienen lugar en el reinado de Jesús cuando venga por 2da vez. Sin embargo, quiero rescatar un punto esencial en el cual Hageo hace hincapié y quiero que lo asemejemos con nuestra situación como país e iglesia. RECONSTRUIR EL TEMPLO.

La reconstrucción del templo se había detenido y duró unos años detenida. Hageo, movido bajo el Espíritu se levanta y profetiza. Sus primeras palabras fueron:

“4 ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? 5 Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. 6 Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. 7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.”

El primer llamado es a meditar sobre el nivel de importancia en el cual estaba reconstruir el templo. Pienso que el hincapié que quería hacer Dios no era simplemente levantar un lugar físico, sino que Él quería que Su pueblo se volviera a interesar en Su presencia. Llevando estas primeras palabras a nuestro tiempo hoy, pienso que la iglesia venezolana está igual a lo que describe Hageo, está poniendo la presencia de Dios en 2do lugar. Vemos que las iglesias están más interesadas en sus eventos, sus templos, su congregación, sus ideas, su denominación, y han descuidado totalmente la búsqueda de la presencia de Dios, viviendo en desunión y dejando que la maldad tome lugar en nuestra nación a niveles mucho mayores. Lo menos que vemos en nuestra nación es la unión de pastores de distintos concilios y denominaciones, soltando sus “posiciones” y buscando en unidad lo verdaderamente importante, LA PRESENCIA DE DIOS.

“8 Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová. 9 Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. 10 Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. 11 Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos.”

La crisis que hoy vivimos en nuestra nación es una crisis espiritual que trae una crisis política, por lo tanto la responsabilidad espiritual de la nación recae sobre la iglesia que está en desunión y sin orar. Si la iglesia no está unida y no ora, la maldad toma posesión y prevalece. Si los líderes cristianos no se humillan y se unen, la crisis terminará de arroparnos. Amigos, la iglesia está llamada a proclamar la Justicia y la Verdad de Jesús, está llamada a revelar la multiforme sabiduría de Dios sobre los principados y las potestades, pero si una casa no está unida, no vamos a lograr nada.

¡Necesitamos que la iglesia se una! Es triste ver a los líderes principales de la iglesia en Venezuela corriendo en direcciones diferentes, no dándose cuenta que sus acciones afectan al resto del cuerpo. Sin embargo, pienso que si ellos no se ponen de acuerdo, entonces se debe levantar un movimiento emergente, pastores, líderes y cualquier persona de cualquier edad, con un corazón humilde y dispuesto a que la iglesia se una.

Empecemos a reunirnos para orar, de distintas iglesias, distintas denominaciones, no importa; lo verdaderamente importante es ORAR y pedir perdón por los pecados de nuestra nación. Es tiempo de volver a la Presencia de Dios.

¡ES TIEMPO DE RECONSTRUIR EL TEMPLO!