PARTICIPES DE LA NATURALEZA DIVINA
- Oscar Mejia
- 25 may 2017
- 2 Min. de lectura
PARTICIPES DE LA NATURALEZA DIVINA (2 Pedro 1:1-15)
Somos participes de la naturaleza divina por medio del conocimiento que nos ha sido dado al creer en Jesús y siendo limpiados de nuestra vieja manera de vivir. ¡Cuán grande es saber que somos parte de esto! Dios nos invitó a ser parte de estar naturaleza, creyendo en Él, arrepintiéndonos de nuestros pecados y cultivando una relación y un conocimiento de quien es Él.
Pedro nos aconseja ciertos pasos para mantenernos firmes y no caer jamás. Nos dice que añadamos a nuestra Fe, Virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal; amor.
Analizando cada uno de estos pasos, el primero es tener Fe, Fe en el hijo De Dios, tener la certeza de que le hay, de que es el Señor, creer simplemente en Él.
A esto le añado virtud, es la disposición de mi corazón a poner en práctica esa fe, a hacer lo bueno, lo que viene de parte del Señor. No quedarme sólo en creer, sino ir más profundo.
A la virtud le añadimos conocimiento, se trata de buscar al Señor con el propósito de conocer, entender, comprender más quien es Él, buscarlo en intimidad para conocer las profundidades de Su corazón y de Su plan. Es una relación diaria con Jesús en estudio constante de la palabra devocionalmente.
Al conocimiento le añado dominio propio, lo cual es la capacidad de controlar mis emociones, mis pensamientos, mi vida en sí, sin embargo este dominio propio no depende de mi fortaleza, sino que más bien proviene del conocimiento de quien es Jesús y de mi relación con Él, el cual me da la fuerza y la gracia para controlar cada parte de mi alma y cuerpo, ya que el espíritu le pertenece al Señor una vez que creí en Él y camino con Él.
Al conocimiento le añado paciencia, lo cual es la capacidad de soportar, esperar; a pesar de que veamos que las cosas no se den rápidamente, sino que más bien puedo estar confiado en el tiempo de Dios y en Sus promesas.
A la paciencia le añado piedad, esto es compasión y misericordia hacia los demás, no es lástima, sino que mas bien es ver a la gente a través de los ojos de compasión que Jesús los ve, y me ve.
A la piedad le añado afecto fraternal, lo cual es la preocupación por mis hermanos, no sólo pensar en mi y en mis necesidades, sino también es ver sus necesidades. Es tener simpatía por lo demás, me caigan bien o no.
Y finalmente al afecto fraternal le añado amor, lo cual es incondicional, por encima de todo, sin esperar nada a cambio, sin celos ni envidia, sin jactansia; es simplemente revelar aquello que nos fue revelado cuando entendimos cuán amor nos ha dado el padre que nos amó desde antes que fuésemos creados, sin distinciones ni exigencias, tanto así que envió a Su hijo, para que fuésemos comprados y sellados para estar eternamente con Él.
El que hace todas estas cosas no perderá su tiempo, no será ocioso y no caerá jamás. Qué importante es esto, ya que si practico estas cosas constantemente, puedo mantenerme firme y anclado en la verdad.
Comments